RENATO SANTOS 25/08/2017 En las esperadas revelaciones de la fiscal Luisa Ortega sobre la corrupción de Venezuela apareció inesperadamente un colombiano.
Se trata del barranquillero, Alex Nain Saab Morán, uno de los supuestos socios del presidente Nicolás Maduro en la empresa Group Grand Limited, proveedora de productos alimenticios al Comité Local de Abastecimiento y Producción (CLAP). Desde Brasilia, Ortega señaló que detrás de esa compañía estaría el presidente venezolano.
No es la primera vez que esa empresa protagoniza una controversia. La compañía ya había sido mencionada en otras denuncias en los años 2013 y 2016, como uno de los involucrados en exportaciones ficticias desde Venezuela a Ecuador en el marco de la Alianza Bolivariana para las Américas, conocida como ALBA.
De hecho, hace cuatro meses el periodista Roberto Deniz alertó sobre la participación de Saab y Pulido como proveedores de alimentos al CLAP, por un monto de 200 millones de dólares en una negociación que se habría realizado a través del gobernador del estado Zulia, José Vielma Mora. Según la investigación, los empresarios colombianos habrían recibido dólares preferenciales en sumas exorbitantes por encima del monto asignado a dedo por el Centro Nacional de Comercio Exterior, CENCOEX. El empresario ha negado tener participación en Group Grand Limited.
El pasado 3 de marzo, el periodista colombiano Gerardo Reyes, publicó una investigación en Univisión titulada “El pasado oscuro de dos millonarios contratistas del gobierno venezolano”. En este se relataba cómo los empresarios colombianos Alex Saab y Álvaro Pulido han dejado en la última década una estela de intrigas sobre sus posibles tratos con el narcotráfico.
En sus inicios, dice Reyes, Saab era un vendedor de llaveros promocionales y uniformes de trabajo. En Barranquilla le habrían presentado a Álvaro Pulido, cuyo verdadero nombre es Germán Rubio, pero este, por problemas judiciales comenzó a utilizar la identidad de una persona fallecida en 2005 en Miami. Entre los dos comienzan a exportar a Venezuela utilizando el polémico sistema preferencial de cambios CADIVI.
Sobre Alex Saab, dijo el periodista colombiano radicado en EE. UU., es proveedor de materiales de construcción de vivienda para la revolución bolivariana. Efectivamente, en 2011 Saab participó en un convenio suscrito entre los presidentes Hugo Chávez Frías y Juan Manuel Santos. Al acto al que también asistieron los cancilleres Ángela Holguín y Nicolás Maduro y otros ministros, como Sergio Díaz Granados de Comercio Exterior y el actual ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, quien era el ministro de Minas, para la construcción de viviendas prefabricadas, pero a los periodistas venezolanos les llamó la atención que la empresa representada por Saab no tenía experiencia en construcción y había sido constituida pocos días antes.
Por el gobierno venezolano firma la Corporación Industrias Intermedias de Venezuela (Corpivensa) y por el Fondo Global de Construcción, el empresario colombiano Alex Saab, quien rubrica el acuerdo -aunque su nombre no figura en los registros de la empresa- para la importación de kits de construcción dirigidos a construir 8.000 viviendas del programa Gran Misión Vivienda Venezuela con un costo de 654 millones de dólares.
En 2013 el portal de noticias INFODIO, se refiere a Saab como el Bolichico colombiano, alguien a quien el gobierno venezolano trata con extrema consideración y preferencia suscribiendo contratos para la construcción de una planta procesadora de paneles de polietileno para la fabricación de vivienda en el estado Miranda; lo contrataron para que fabricara 30 gimnasios de paz, 616 viviendas de multifamiliares en Carabobo y la construcción y remodelación de un centro comercial en Catia la Mar, en el estado Vargas.
Los dos últimos contratos son los más jugosos económicamente, el suministro de 25.000 kits de viviendas prefabricadas por un valor de 475 millones de bolívares en 2011 en una primera fase, y la segunda la construcción de 25.000 viviendas a un costo de 210 millones de bolívares. El convenio estipulaba una tercera fase que consistía en la producción de metales en Venezuela.
Exportaciones ficticias
Una de las operaciones que trascendió en 2013 por una investigación que inició la Fiscalía General, fueron las exportaciones ficticias a Ecuador a través del Sistema Unitario de Compensación Regional, (Sucre), una moneda virtual creada por los países del Alba dirigida a favorecer transacciones comerciales y fortalecer la economía de los socios.
Lo que ocurrió en este caso fue que Saab y sus socios del alto gobierno venezolano, realizaron exportaciones por valor de US 159.097.898 millones de dólares entre diciembre de 2012 y marzo de 2013 a través del Sucre, aunque la exportación real había sido de US 3.190.100 millones de dólares, hubo una diferencia abismal entre lo que realmente se exportó y el pago que se hizo desde Venezuela.
El columnista del portal La Patilla, Carlos Tablante, explica cómo funciona el sistema: "Los importadores venezolanos pagan en bolívares los montos de las importaciones a través del banco de su preferencia, que luego son transferidos al Banco Central de Venezuela, donde se realiza la conversión a Sucres y se envían al Banco Central del país sede de la compañía exportadora, donde la misma cobra en moneda local, que en el caso de Ecuador, es el dólar estadounidense".
Existen casos documentados e investigados, agrega Tablante, sobre empresas de maletín que usaron el Sucre para sacar dólares de Venezuela hacia Ecuador y luego enviarlos a paraísos fiscales. Uno de los casos, aún en proceso de juicio en Ecuador, es el de la empresa Fondo Global de Construcción, con sede matriz en Colombia, pero con varios contratos públicos en Venezuela.
El fiscal del caso en Quito, José Luis Jaramillo, reveló el modus operandi: se constituyeron empresas de fachada y simularon operaciones de comercio exterior, es decir, claramente, hubo exportaciones ficticias y sobrevaloradas desde Ecuador a Venezuela a través del Sucre.
El fiscal ecuatoriano de ese entonces, Galo Chiriboga, afirmó que la sociedad Foglocons se había apropiado indebidamente de divisas, motivo por el cual la unidad de lavado de activos de la dirección antinarcóticos de la Policía Nacional, solicitó la retención de US 47 millones de dólares de los fondos de una cuenta bancaria relacionada con la compañía Fondo Global de Construcción. Además, agregó la Fiscalía, los representantes legales suministraron información falsa y no pudieron explicar cuál era su actividad económica principal, aunque en su objeto se diga que es la construcción de casas prefabricadas.
El Fondo Global de Construcción no fue el único caso. De acuerdo con las investigaciones judiciales realizadas en Ecuador y otras de medios de comunicación social, el Sucre permitió que unas 60 empresas venezolanas y 30 ecuatorianas realizaran millonarias exportaciones e importaciones ficticias, a través de empresas de maletín, por un monto aproximado de 228 millones de dólares, de este total, por lo menos 84 millones fueron girados a cuentas en el exterior, entre otros a Estados Unidos, Panamá y las Bahamas.
La compañía había sido registrada en Bogotá semanas antes de la firma del contrato. Saab no aparece en el documento como tampoco se conoce su experiencia en el ramo de la construcción, sin embargo, lo que sí es pública es su amistad con la exsenadora Piedad Córdoba.
Alex Saab Morán vive entre Bogotá, Venezuela y Barranquilla, ciudad donde está remodelando una casa en el norte de la ciudad, pero para muchos es un personaje invisible, pues lo ven muy poco.
Lo que dice Saab
En una entrevista con el periódico El Tiempo, el empresario desmintió las versiones que se han tejido sobre él. Aseguró que sí ha “suscrito varios contratos con el Estado venezolano desde hace más de 5 años y nuestra empresa los ha ejecutado a cabalidad”. Respecto de esa compañía aclaró que se llama “Fondo Global de Construcción de Venezuela”, pero que no tiene socios.
El empresario negó las versiones que han circulado en las que se afirma que Piedad Córdoba fue la persona que le presentó al presidente Maduro. Explicó que es amigo de ella desde hace muchos años. “La admiro mucho por su lucha a favor de los derechos humanos. Una gran persona y líder natural. De resto, no tengo relaciones con ella ni su familia de ningún otro tipo y casi no la he visto en los últimos años”, agregó.
También rechazó ser socio de la empresa Group Grand Limited junto con Álvaro Pulido y Rodolfo Reyes. Del primero aseguró que fue amigo en el pasado y al segundo aseguró no conocerlo.
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